La
exposición de muebles me encantó, a mí me encanta ver casas distintas a
la mía, me gusta observarlas y coger nuevas ideas para mi futura nueva
casa que en breve comenzaré a buscar, aunque no espero encontrarla ya,
sino que me marco un horizonte de dos o tres años.
Después
de hacer el recorrido y de coger algunos artículos que fui encontrando y
que formaban parte de mi lista bajé a la zona de autoservicio y allí
seguí llenando mi carro. No compré demasiadas cosas, no pude pararme
mucho pues había quedado con mi amiga M. a las dos en la cafetería y
quería terminar mis compras antes de esa hora, así que me quedé con
ganas de mirar con calma la sección "orden en casa", las láminas, los
marcos y los espejos, una escusa perfecta para volver otro día.
A
las dos en punto bajé a dejar mi compra en el coche y al subir me
encontré en la puerta a mi amiga que acababa de llegar, entramos en la
cafetería que ya estaba llena de gente, nos costó encontrar una mesa
pero finalmente pudimos comer sentadas. La comida aceptable, yo no
disfruto comiendo así que para mí gastar mucho dinero en un restaurante
de lujo me parece una barbaridad y aunque me gusta cuidar mi
alimentación comer un día en Ikea sé que no me va a matar. Además qué
queréis que os diga, después de leer algo más de la mitad de la novela Mantis,
si ya antes no era amiga de esos restaurantes y de probar platos con un
nombre extravagante sin saber cuáles eran sus ingredientes, ahora mucho
menos. Espero que la novela sea ficción pero por si acaso no volveré a
comer carne en un restaurante.
Sobre
las tres y media despedí a mi amiga que tenía que volver a trabajar y
fui a la tienda de alimentación y compré té orgánico, café orgánico y
mermeladas orgánicas; estos artículos me los había recomendado mi amiga
N., la ya cuarentañera; al salir de la tienda emprendí el camino de
regreso, el cielo estaba muy cubierto, había bastante niebla y días así
hay muy poca visibilidad por la autopista y no quería que se hiciese de
noche por el camino. En lugar de ir a mi casa a dejar mis compras fui
directamente a buscar a Florita, que estaba con mi madre y de paso le
dejé algunas cosillas que compré para ella. A Florita también le traje
un regalito, un renito naranja de peluche que le encantó que está en la
segunda imagen.Una visita agradable que sin duda repetiré.
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