Después hubieron algunos años en los que apareció la calefacción eléctrica y la de gasóil. Durante unos años, todas las instalaciones se realizaron únicamente con estos sistemas.
Hoy en día, viendo que cada cambio conocido ha sido para bien, no paran de surgir nuevas alternativas. Estufa de pellets, bombas... y el más curioso, la biomasa; un combustible ecológico que no tiene tantos problemas en cuanto a homologación de tubos.
La biomasa se comecializa en diferentes formas: pellets, hueso de aceituna triturado, cásacara de almendra o avellana, astillas de madera o componentes vegetales. Hasta aquí nada nuevo, pero.... ¿No habéis visto la biomasa líquida? Se trata de un líquido con tacto aparente al alcohol de quemar que aguantará una gran cantidad de tiempo ardiendo y produciendo calor, consumiéndose bastante lenta.